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Mostrando entradas de abril, 2014

El extraño

Esa tarde de granizos , el maestro se veía sonriente, descubría en el semblante un regocijo abrillantado, como si estuviera saboreando a plenitud el cumpleaños y la alegría navideña, a punto de empezar la rumba.  Había corrido una jornada azotada por granizos, los truenos no cesaban de anunciar tempestades, pero, a su vez, había trascurrido una mañana entera y media tarde, bastantes creativas, satisfechas con la arcilla. La escalera al paraíso se había movido solita, y además, tan sólo le faltaba un poquito para terminar un busto tallado, en cedro morado, que llevaba por nombre Chancaca.  En la cueva agreste, los violines de las cuatro estaciones de Vivaldi se escuchaban nítidos, vaporosos, pero por encima de los violines de verano, otoño, invierno y primavera, se escuchaba el golpeteo de granizadas que martillaban los tejados de la casona de la hacienda. El maestro se sentó en un trono de cuero tallado en el espaldar, frente al escritorio de madera rústica, puso

Reflexiones acerca de la Marcha de Camisas Negras.-

En la ciencia de la lingüística, en la relación inter-actuante entre referente y referido, significado y significante  o de manera precisa en la teoría y práctica de los símbolos, tenemos la etiqueta de las Camisas Negras o “ Camicie Nere ” las cuales en su momento histórico identificaron a los seguidores pertenecientes al Escuadrón de Acción de Benito Mussolini y su Partido Nacional Fascista, quienes utilizaron indistintas expresiones de violencia para eliminar a sus opositores políticos, y como acto de presentación en público, ante el mundo, en octubre de 1922 protagonizaron la “Marcha sobre Roma”. En esa mirada histórica, desde luego, apretada, dígase que la Marcha de Camisas Negras posee un sistema, realismo y simbolismo el cual sin necesidad de acudir a explicaciones de ninguna índole, la identifica con el Partido Nacional Fascista, y caracteriza desde la mirada inmediata de los simbolismos a quienes utilizan de manera colectiva esa vestimenta fúnebre: como fascistas. En e

Reflexiones sobre la muerte

La muerte, o quizás mejor: La partida. Ese acaecer que irrumpe de manera esperada, inesperada, que ronda y de la cual huyen pero no es posible ni probable que escapen los seres humanos, todos los seres vivientes, quienes por la circunstancia de ser vivientes ya somos seres mortales? ¿Cómo será ese final de estar muerto del todo? ¿Cómo será ese estadio del no estar de manera definitiva? Quizás es impensable, inimaginable e invisualizable ese estadio del no estar. En ocasiones reflexionamos acerca de la muerte cuando asistimos a la sala de velación o para homenajear a quien se adelantó en el viaje… Cuando fallece un amigo, un familiar, un hijo, un padre, una madre, la abuela, el abuelo, algún vecino, los soldados, policías, campesinos, algún escritor conocido, algún maestro... Cuando observamos cadáveres y fotografías de quienes han caído asesinados, cuando asistimos a ceremonias fúnebres y acompañamos sus restos con su no estar hacia el cementerio, lugar al que algun

El cóndor tuerto

Pasadas las siete y media de la mañana , el maestro se encaminó hacia el taller con los bocetos de una figura que se alcanzaba a ver con los brazos serruchados a la altura de los hombros, mutilado abajo del ombligo, con la cabeza descuajada, como si fuera un arrume de huesos colgados en la espalda. Eran unos bocetos que dibujó al carboncillo, en unas servilletas nacaradas, mientras desayunaba con caldo espeso de mollejas y riñones de cordero asados en la hornilla. Además, alcancé a escuchar que acariciaba el propósito de cuajar los últimos retoques a una escultura en hierro colado que llevaba por nombre Escalera al paraíso. Serían por ahí las tres y media de la tarde cuando terminó de pulirla, cuando la Escalera al paraíso, de repente se movió solita. El maestro la miraba con regocijo sereno, a la vez que los trashumantes en hierro colado, en fila, enganchados de los dedos meñiques, siete en ascenso, uno detrás del otro, se movían de manera liviana como si estuvieran flotando. Por

De la verdad jurídica, la teoría del conocimiento y teorías de la argumentación jurídica en el proceso penal

A manera de síntesis sin detenernos en forma singular en las indistintas teorías de la verdad jurídica que se han construido conforme a las teorías de la acción comunicativa, teorías de la discursividad y teorías de la argumentación jurídica ( Perelman [1] ,  Olbrecht Tyteca, Toulmin [2] ,  Mac Cormik [3] , Alexi [4] , Atienza [5] , entre otros), (ejercicios rigurosos de estudio y análisis de las mismas que de por sí entrañarían un trabajo in extenso, en especial), hemos de afirmar lo siguiente: Consideramos que unos son los extremos y contenidos de la teoría materialista del conocimiento, y otros los de las teorías de la argumentación jurídica.  Estas últimas, vistas en forma separada y conjunto, entendidas como metodologías, ejercicios retóricos, de logicidades, discursivos o argumentativos, son dables ubicarlas en los denominados contextos de justificación de los argumentos [6] . Consideramos que así como entre los contenidos de la lógica formal y lógica material no