El referendo de Carlos Alonso Lucio


Conforme a nuestra Carta Política (artículo 103 ibídem y la Ley 134 de 1994) conocemos al referendo como un ejercicio, de participación ciudadana.

Se sabía de la viabilidad de referendos aprobatorios y derogatorios. Se conocía que el aprobatorio dice relación con el sometimiento de un proyecto de acto legislativo o de una ley que no fue aprobada por una corporación pública, a consideración del pueblo para que éste decida si lo aprueba o rechaza de manera total o parcial.

Se sabía del derogatorio encaminado a someter a consideración ciudadana una norma aprobada por el Congreso, Asamblea Departamental o Concejo Municipal, para decidir si se deroga la respectiva ley, ordenanza o acuerdo respectivo.

Pero no se tenía idea (cuerda) en la doctrina constitucional nacional o extranjera acerca de la viabilidad "antidemocrática" de convocar a los ciudadanos a ejercer voluntad en un referendo discriminatorio como el propuesto por la Senadora Viviane Morales Hoyos y agenciado por el moralista re-encauchado Carlos Alonso Lucio, encaminado a lograr la negativa del derecho de los solteros, separados y parejas igualitarias a adoptar niños.

Como afirmó la Profesora de derecho constitucional: “Las grandes controversias de nuestra sociedad deben ser decididas por el pueblo democráticamente”.

Compartimos con ella, que la adopción de niños y niñas desprotegidas de nuestra sociedad es un tema objeto de interés del Estado Constitucional, social y democrático de derecho.

Para el caso, no queda claro para la academia ni para una democracia incluyente, que el referendo se pueda utilizar para lograr se positive la discriminación o para consagrar negación de derechos a los solteros, separados y las minorías.

En efecto, rotular a las familias, y diferenciarlas entre óptimas y sub-óptimas, y valorar por anticipado que las óptimas son las conformadas por papá y mamá, y que las sub-óptimas se hallan constituidas por separados, o por parejas igualitarias, como juicio de valor sesgado, traduce discriminación.

Vale recordarle a Carlos Alonso Lucio, que lo anterior no es "politicamente correcto ni cristianamente correcto", y como ejercicio de discriminación excluyente en absoluto es censurable de cara a la visión y construcción de una sociedad multi-étnica y multi-cultural cuyas apuestas están dadas para que el Estado promueva las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adopte medidas a favor de grupos discriminados o marginados.

Frente al tema del derecho o no de las parejas igualitarias a adoptar niños, existen opiniones divergentes. Se trata de un tema espinoso en demasía, frente al cual las creencias religiosas, reclamaciones de parejas igualitarias, no han logrado consenso ni puntos de encuentro pacíficos.

Partiendo de respetar las opiniones opuestas, lo cierto es que los derechos de los niños son prevalentes y deben prevalecer de manera indistinta que los padres biológicos sean heterosexuales, adoptantes heterosexuales o parejas del mismo sexo.

No obstante las polémicas que desde el derecho y las creencias religiosas se suscitan alrededor del derecho o no de los solteros, separados y las parejas igualitarias a adoptar niños, cuyo debate sigue abierto;

No es admisible ambientar el utilitarismo electorero, como es la apuesta del nuevo adalid de la moral Carlos Alonso Lucio con un referendo discriminatorio para lograr que se consagre como norma positiva la negación de un derecho reclamado por una minoría.

Hasta donde se tiene noticias, a nadie ni a político de medio pelo ni a politiquero cazador de votos, ni a "Profesor" de derecho constitucional en Colombia y el exterior se le había ocurrido la idea de promover un referendo encaminado a lograr la negación de un derecho y a refrendar la fragmentación social.

El referendo discriminatorio sin cabida en nuestra Carta Política, antes que constituir un ejercicio de democracia participativa, traduce: expresión de democracia restringida con efectos nocivos, toda vez que apostar a perder esa aventura antidemocrática con la sola intencionalidad politiquera de cazar y cautivar electores con la mirada de hacerse contar para luego cobrar factura de cara a una pre-candidatura presidencial promoviendo la discriminación, pone en evidencia la mezquindad política de sus promotores.

germanpabongomez
Bogotá, mayo de 2017
El Portal de Shambhala

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