Reflexiones sobre el exilio.-



El exilio político, voluntario o forzado, porque todo exilio es político y ruptura, toda vez que constituye un estar fuera de la polis, es aquella estancia sin estancia en la que en el cantar de Juan Manuel Roca, se:

"recorren parajes en trenes cuyas blancas estaciones se viaja al olvido, pues se trata de hombres con el gesto de quién se sabe, limítrofe entre el aire y el presidio, en donde se habla de lenguas extrañas, de una luz, de un nuevo viento, de aquel que viven los hombres cuyo país no es más que un trozo azul de lejanía.

El exilio es el ahora del destierro, donde el exiliado intenta reinventarse a cada huella que plasma sin avances, como errante sin medida...   

Cuando irrumpe la idea dolorosa del exilio, de manera súbita el candidato a exiliado advierte su entorno familiar cercenado en pedacitos...

Se ve forzado a adquirir, de manera urgente, un tiquete que nunca quiso comprar, para luego abordar, en solitario o acompañado de su esposa e hijos, un avión con rumbo desconocido, con itinerario secreto hacia el escape, hacia el apego y desapego de la tierra que lo vio nacer... 

Se trata de una travesía interior y exterior hacia el desarraigo, hacia la condición de extraño y extranjero, hacia un nuevo ahora en donde no existe “el Yo” sino el “No-Yo”... 

En el exilio, tan sólo existe: el no-yo-expulsado, rechazado, el no-yo-señalado con orden de captura, el no-yo- condenado a prisión de manera justa o injusta, el no-yo-escapado, ensimismado, silenciado, y la memoria castigada... 

Al exiliado le confiscan el habla, se le difuminan las palabras, la lengua materna, tanto así que hasta los labios le duelen para pronunciar alguna palabrita en el idioma ajeno, en la nueva lengua, 

El ahora del errabundo se convierte en una saga de monólogos inconclusos, se descubre a cada instante encadenado a esos vacíos sin preguntas en los que sospechando la respuesta no encuentra respuesta para ninguna pregunta. 

En el exilio todos los lugares son ajenos, ni siquiera son prestados, todos se avizoran forasteros, despojados en lo extraño, acompañados de manera permanente del silencio duradero...

El exiliado se enclaustra de afuera hacia adentro y de adentro hacia afuera hasta convertirse en inquilino y sólo inquilino de su soledad sin medida, de su memoria derrotada, de una cascada de nostalgias en las que cohabitan pasado y presente... 

En el exilio forzado o voluntario, el ahora traducido en el "no territorio, limítrofe con algún desierto, constituye una cueva agreste escondida por allá en algún abismo, en algún desfiladero, atiborrada de vacíos, preguntas sin respuestas, en cuyos murallones tan sólo se avistan las miradas de quienes "allá" a lo lejos se dejaron y hacia donde ese "allá" emigran a manera de retorno incesante...

Cualquiera sea el nuevo "no-territorio", el exiliado lo amuebla con la añoranza de abrazos, con las miradas de los otros...

Y, pronto lo convierte en un cantar desvanecido de lejanía, en un cráter eruptivo de esperas, encuentros, desencuentros, en un fortín de memorias, extravíos y cercanías, las cuales en sus oleadas siempre emergen en la víspera de los desvelos, en la liviandad del insomnio suspenso.

Cuando el exiliado aterriza en su condición de advenedizo al nuevo "no territorio" procura descubrirlo y acostumbra caminar cuatro, cinco, siete horas en des-tiempo, hasta la madrugada entera...

Camina sin tregua, quizás en persecución de nada, por unas trochas demasiado dilatadas, iluminadas por la luna que se halle de turno...

Camina por unos coladeros que no lo conducen a ninguna parte, a ningún encuentro, a ninguna espera, quizás tan sólo hacia el retorno, hacia la lengua materna, hacia el interior y exterior de sí mismo.

El exiliado en los des-tiempos de las nostalgias aprende a morir y a resucitar acompañado de la soledad sin medida, aprende a perder el rumbo entre las tinieblas y también a encontrarlo. 

El exilio político, forzado o voluntario de la tierra, de sí mismo, de los otros, es una estancia y poema inconcluso en donde en cada párrafo: Cohabita la vivencia del retorno, del indulto y la amnistía…

germanpabongomez

El Portal de Shambhala
Bogotá, julio de 2014

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