¿Más Centros Penitenciarios, y eso para qué?
Píldoras de realismo mezcladas con hermenéutica actualizada y
Políticas Públicas Futuristas:
Si como es
un hecho cierto e incontrastable que las penas privativas de la libertad se
hallan en crisis, y en crisis total se halla eso que algunos intitulan como "sistema penitenciario" o mejor "desbarajuste carcelario"...
sin que se encuentre la fórmula para que salga de la Unidad de Cuidados
Intensivos...
Si, como
también lo es que las funciones de la pena son una ficción, porque la
prevención general y prevención especial son una ficción y sólo traducen letra muerta en el código penal, desde luego útiles, pero tan sólo para dictar cátedra y formular preguntas en los preparatorios de derecho penal.
Si como es cierto e inocultable que la Resocialización en
las cárceles no existe ni existirá, porque las cárceles como escuelas de delitos no resocializan a nadie, y por el
contrario, lo que aumentan en progresiones geométricas, es la desocialización debido
al hacinamiento que se halla a punto de estallar en los pabellones penitenciarios...
Si como también es claro que la función de la pena de la
Retribución Justa es otra quimera demasiado lejana, porque ahora lo que existe es la retribución
indigna y la retribución degradante de seres humanos que hoy pudren sus cuerpos y almas en las cárceles colombianas.
Si todo lo anterior es cierto y demostrable, que las funciones de la pena sólo son conceptos etéreos sin asiento en la realidad de los patios de la cárcel:
Ello traduce de manera pacífica, que hoy la cárcel antes que una
solución es un problema real alargado y agónico, porque antes que ofrecer soluciones, la cárcel lo que se volvió fue: Un negocio...
Además, el problema del
hacinamiento de las cárceles a punto de convertirse en polvorines humanitarios
por física asfixia de los privados de la libertad no se soluciona construyendo
más cárceles y mas pabellones...
Desde luego, que por la coyuntura con miras a dar soluciones parciales e inmediatas, se hace necesario construir más cárceles y pabellones para que se sigan llenando, y para que el negocio tenga otras sucursales.
Pero por sobre todo se necesita como política pública e implementar normativas urgentes con miras a excarcelaciones no desmedidas sino racionalizadas.
Pero por sobre todo se necesita como política pública e implementar normativas urgentes con miras a excarcelaciones no desmedidas sino racionalizadas.
Como hermenéutica actualizada y futurista, ha llegado la
hora y hora urgente de comenzar a pensar la realidad de la cárcel y su caos, en la mirada y diseño de Políticas
Públicas que apunten a tratamientos de la pena, diferentes al de la privativa
de la libertad, que apunten a la realidad de la Socialización.
En efecto, en la ejecución de la pena, surge una ecuación de donde surgen, de una parte, los deberes y obligaciones del Estado de social de derecho a partir del ejercicio de la autoridad, y de otra los derechos fundamentales a favor de los privados de la libertad.
En esa mirada, plantear que la Política Criminal debe centrar sus intereses de manera exclusiva en las víctimas y en la sociedad, traduce una mirada cegatona, carcelera y fraccionada, contraria al alcance y horizontes de la Política Criminal en un Estado Constitucional, social y democrático de derecho.
En efecto, en ningún escenario, inclusive en las miradas radicalmente carceleristas, se puede olvidar que los privados de la libertad de igual poseen derechos fundamentales...
En otras palabras, hablar y plantear que los privados de libertad poseen derechos constitucionales fundamentales que al Estado corresponde cumplir como deber y obligación, en manera alguna significa concebir una Política Criminal con visión de laxitud, todo lo contrario, la apuesta es por una Política Criminal Integral y Coherente que obedezca a los nuevos escenarios de Paz, toda vez que la guerra que se vive en las cárceles, la cual con principio sin fin por el hacinamiento desbordado, de igual merece atención como política pública.
Nuestra convocatoria pacífica y académica está encaminada a que se abra el debate para hablar de los fines de la pena pero no desde la lógica abstracta, sino para aprehender que una cosa es la Política Carceleria, otra cosa es el Desbarajuste Carcelero, otra cosa el Populismo punitivo cuya mirada cegatona es la de ofrecer respuestas de coyuntura con proyectos de ley para crear nuevos delitos y aumentar penas, y otra cosa demasiado distinta como concepto y realidad es la Política Criminal Integral y Coherente...
En efecto, en la ejecución de la pena, surge una ecuación de donde surgen, de una parte, los deberes y obligaciones del Estado de social de derecho a partir del ejercicio de la autoridad, y de otra los derechos fundamentales a favor de los privados de la libertad.
En esa mirada, plantear que la Política Criminal debe centrar sus intereses de manera exclusiva en las víctimas y en la sociedad, traduce una mirada cegatona, carcelera y fraccionada, contraria al alcance y horizontes de la Política Criminal en un Estado Constitucional, social y democrático de derecho.
En efecto, en ningún escenario, inclusive en las miradas radicalmente carceleristas, se puede olvidar que los privados de la libertad de igual poseen derechos fundamentales...
En otras palabras, hablar y plantear que los privados de libertad poseen derechos constitucionales fundamentales que al Estado corresponde cumplir como deber y obligación, en manera alguna significa concebir una Política Criminal con visión de laxitud, todo lo contrario, la apuesta es por una Política Criminal Integral y Coherente que obedezca a los nuevos escenarios de Paz, toda vez que la guerra que se vive en las cárceles, la cual con principio sin fin por el hacinamiento desbordado, de igual merece atención como política pública.
Nuestra convocatoria pacífica y académica está encaminada a que se abra el debate para hablar de los fines de la pena pero no desde la lógica abstracta, sino para aprehender que una cosa es la Política Carceleria, otra cosa es el Desbarajuste Carcelero, otra cosa el Populismo punitivo cuya mirada cegatona es la de ofrecer respuestas de coyuntura con proyectos de ley para crear nuevos delitos y aumentar penas, y otra cosa demasiado distinta como concepto y realidad es la Política Criminal Integral y Coherente...
En ese horizonte, en lugar de más Centros Penitenciarios que, desde luego, se hacen necesario construir para recibir a quienes día a día consuman indistintos delitos, sueño,
claro por el momento sólo sueño como Política Pública con mas Centros de
Armonización como el de Gualanday que existe en el Resguardo Indígena Munchique
Los Tigres en Santander de Quilichao.
Pero, claro, por el momento sólo es un sueño...
germanpabongomez
El Portal de Shambhala
Bogotá, noviembre de 2016
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