A mis amigos
Después de leer el poema “Otoño” de mi amigo
entrañable Jorge Muñoz Mateo Malahora, puedo expresar a mis amigos y a todos
quienes me han escrito y llamado en este día de mi cumpleaños, que los abrazo
sin medida….
Como quisiera que imaginaran cuánto les agradezco esta cadena espiritual de armonía, afecto y abrazos.
Otoño es mí ahora en compañía de Ruby,
Germancito, Isabella, Tamarita, y es el
tiempo en que el aprendiz de escritor desnuda la palabra.
Otoño es mi ahora en una saga de
monólogos, en el oficio más solitario de ya no sé cuántas horas
intentando ejercer como tejedor de palabritas.
Otoño es nostalgia
vegetal, sendero tapizado de frasesitas que presagian el encuentro con la levedad del silencio y la hoja en blanco,
la próxima hoja que me espera para
intentar seguir escribiendo, para seguir viviendo, para no morir y para seguir
muriendo a mi manera.
Otoño fue en Madrid, en Bogotá, en San Agustín,
allá en Sevilla.
Otoño fueron aquellos por allá en no se cuántos salones de clases, los que ya
no recuerdo en mi exilio forzado y voluntario.
Tantos años de exilio en donde la nada era
ausencia de gaviotas, peces, flores y ese vuelo sin motor.
Ahora, primavera es mi Popayán del alma.
Primavera y verano y eterna primavera es mi Claustro de Santo Domingo, mi
Facultad de Derecho de la Universidad del Cauca, la casa madre en donde nací, a la cual dichoso me aferro a su regazo para abrazarla hasta no sé cuándo.
Popayán es magia amarilla, inigualable estancia en donde Juan Salvador Gaviota, aquel caminante de exilios recobró el alma que se había resistido a salir del salón Camilo Torres.
Ahora, en este nuevo ahora, las
gaviotas anuncian la brisa, el vuelo del invierno hasta
diciembre...
germanpabongomez
Popayán 8 de mayo de 2015
El Portal de Shamballa
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