Cómo la Teoría del Caso imita al Ajedrez (I).- Juega tu propia partida.-


En toda teoría del caso, se integran los componentes a saber:

1.- El componente fáctico.-

Dice relación con los hechos del caso-conducta por defender, traducidos en hechos jurídicamente relevantes, sucedidos en circunstancias de modo, tiempo y lugar.

En un acontecimiento con repercusiones penales, por defender, es dable que concurran hechos esenciales, principales o jurídicamente relevantes, y hechos accesorios, secundarios o accidentales, sin significancias penales.

Pues bien, la identificación de los hechos jurídicamente relevantes son los únicos que permiten formular el juicio de adecuación típica (o no) de los mismos a las normas penales sustanciales que aplican o adjetivan la conducta-caso por defender.

He ahí, pues la importancia de identificar los hechos jurídicamente relevantes, con precisión y claridad, a efectos del diseño y ensamble de la teoría del caso.

2.- El componente probatorio.-

Dice relación con los medios de prueba lícitos y legales que revelan, recogen, visibilizan la facticidad y/o presentizan los hechos jurídicamente relevantes, y

3.- El componente jurídico sustancial.-

Dice relación con toda la teoría del delito aplicable al caso-conducta, por defender.

En el componente jurídico sustancial, tienen cabida las normas sustanciales referidas a la estructura de la modalidad de autoría o participación, y las referidas a la estructura o estructuras normativas que describen y adjetivan el delito o delitos materia de investigación, juzgamiento y defensa.

En ese conjunto, tienen cabida todas las normas legales, constitucionales y del bloque de constitucionalidad llamadas a regular el caso, y desde luego los precedentes de jurisprudencia que se integran al postulado de Imperio de la ley.


DISEÑO Y ENSAMBLE DE LA TEORÍA DEL CASO


1.- Juega tu propia partida.-

El Maestro Garry Kasparov, al respecto escribe:

“Dos ajedrecistas potentes pueden tener estrategias muy distintas en la misma posición que pueden resultar igualmente eficaces; aparte de aquellas posiciones en las que existe una única y obligada táctica ganadora. Cada jugador tiene su propio estilo, su propia manera de resolver los problemas y tomar decisiones. Una clave para desarrollar estrategias de éxito es ser consciente de las propias fuerzas y debilidades, saber lo que uno hace bien” (…)

“Mi estilo de juego agresivo y dinámico va acorde con mi fuerza y mi personalidad. Incluso cuando me veo obligado a defender, busco constantemente una oportunidad para conseguir una ventaja y contraatacar. Y cuando paso a la ofensiva, no me contento con victorias modestas. Prefiero el ajedrez enérgico y duro, donde las piezas vuelen sobre el tablero y donde pierde el jugador que comete el primer error”

“Otros jugadores, incluido el hombre a quien derroté en el campeonato del mundo, Anatoli Karpov, son especialistas en acumular pequeñas ventajas. Arriesgan poco y se conforman con mejorar lentamente su posición hasta quebrar al adversario. Pero todas esas  estrategias —defensivas, dinámica, de maniobra— pueden ser muy eficaces en manos de alguien que las entienda bien”[1].


Al igual, como sucede en la partida de ajedrez, los abogados penalistas conocedores a fondo y detalles del procedimiento penal y fundamentos de la teoría del delito, frente a un caso-conducta por defender, desde sus miradas singulares, pueden diseñar estrategias y tácticas distintas que pueden resultar igualmente eficaces.

Pero a su vez, podrá ocurrir, que en ocasiones, en tratándose de la teoría del delito aplicable al caso-conducta materia de examen, en donde el relato solo tiene finales cerrados (absolución o condena gravosa o degradada) inevitables, tan solo exista una única y obligada táctica defensiva a desarrollar, y frente a la cual se hace imperioso adoptar decisiones.

Las maneras de proceder y mediante las cuales se asume la defensa técnica en los tablados acusatorios son variables, algunos son fríos y diplomáticos; otros son pro-activos e implacables con sus adversarios; otros buscan de manera constante una oportunidad procesal o sustancial para conseguir una ventaja para contra-atacar, y no se conforman con victorias modestas; otros prefieren la defensa enérgica, contundente, y aprovechan hasta el más mínimo error que cometan los sujetos procesales, para controvertirlos.

Otros defensores son especialistas en acumular pequeñas ventajas, arriesgan poco y se conforman con mejorar poco a poco y de manera lenta su posición defensiva hasta lograr el cometido estratégico y sustancial por el que apostaron.

En lo que corresponde a los ejercicios de defensa técnica, no existe una única estrategia sobresaliente. Todas las estrategias y tácticas pro-activas, dinámicas y de indistintas maniobras, pueden resultar muy eficaces en manos de quien las entienda con aciertos.

Por consiguiente, en ese horizonte de indistintas estrategias y tácticas defensivas: 

Juega tu propia partida defensiva, juégala conforme a tu estilo, fortalezas y personalidad, con capacidad de adaptación a las circunstancias que se presenten, pues no siempre se puede escoger el campo de batalla.

Por tanto, debes confiar en vuestro análisis, en el valor de tus convicciones, y debes controlar de manera constante las condiciones que permitirán que vuestra estrategia triunfe o fracase.

Al jugar tu propia partida, y cuestiona con rigor los resultados favorables y desfavorables y las decisiones por adoptar. 

En esa medida, vigila y pregunta acerca del ¿por qué? de tus movimientos defensivos antes y después de las audiencias, vigila al detalle y toma anotaciones tan solo de los ataques, avances, confusiones, contradicciones, flancos débiles, desaciertos o retrocesos de quien se halla sentado al otro lado del tablero de ajedrez acusatorio, sin desviarte de la táctica ni de la estrategia diseñada, sin distraerte de los elementos de la teoría del caso que se hallan bajo tu control, toda vez que las desviaciones y distracciones, generan inestabilidad.

En ocasiones, el abogado penalista se ve obligado a desplegar los ejercicios defensivos en territorios agrestes, desconocidos que incitan a desfallecer, pero no se puede salir corriendo cuando no se dan las condiciones al gusto; por eso la capacidad de adaptación es fundamental, para que juegues tu propia partida con actitud de excelencia...  
   
A manera de proposición general, una clave para diseñar teorías del caso y ensamblarlas conforme a una estrategia y tácticas defensivas orientadas al éxito, radica de entrada, frente a la decisión de asumir o no una defensa, en hallarse consciente de las propias fuerzas y blanduras cognoscitivas, en actuar de manera consciente, en examinar, en reconocer, en afirmarse con sencillez y sin forzamientos acerca de las potencias que se poseen y facultan para desarrollar los ejercicios defensivos de manera integra y sin tropiezos, pero a su vez, también radica, en actuar de manera consciente, en reconocer y aceptar con sinceridad y sin dubitaciones las anemias o debilidades acerca de lo que, para el caso a defender, no le es dable trabajar con excelencia.

Nunca se debe olvidar que cuando una persona — que ha caído por indistintos motivos en tropiezos que ponen en peligro su libertad— acude ante un abogado penalista en el propósito de otorgarle poder para que lo asista como defensor; más allá de la relación de confianza que se enlaza y construye en la ecuación: Defensor—Defendido, y más allá del compromiso de honorarios, sea que se pacten o que la defensa se asuma por solidaridad:

Lo que en últimas y en realidad se pone en juego es el proyecto de vida de quien de manera serena o afligida busca los servicios del defensor técnico de confianza.

Nunca se debe olvidar que en el proyecto y camino flagelado de quien busca los servicios profesionales de un abogado penalista para que lo asista como defensor, no solamente se halla involucrado el candidato a imputación, acusación, absolución o condena, sino también sus seres queridos.

Por tanto, frente a las potencias que se posean para emprender un viaje defensivo —no con actitud de lo bueno por hacer, ni de lo simplemente bueno por intentar— sino con actitud de excelencia profesional:

Corresponde auto-afirmarse, reconocerse, caminar y avanzar con firmeza; pero frente a las debilidades conscientes, ante las carencias cognoscitivas, y ante las dudas razonables, lo que corresponde es abstenerse de asumir el poder para defender y no avanzar hacia un camino que se avizora fallido, pues los errores y desaciertos defensivos penales que se oculten de entrada al potencial defendido, muy seguramente se visibilizaran, a la vuelta de la esquina o al final del camino, y con resultados desastrosos.

Los ejercicios defensivos que se asuman con actitud de excelencia, no son exclusivamente los que potencialmente arriban al puerto del archivo de las diligencias o de la preclusión anticipada, ni los que conducen a la absolución y consiguiente libertad incondicional.

Por el contrario, aun en los casos-conductas, en los que de entrada, se avizora una condena, de igual tienen cabida los ejercicios defensivos asumidos con actitud de excelencia, los cuales se caracterizan no por haber hecho lo que se pudo o lo que resultó al azar y de carambola, sino por haber desarrollado la estrategia y tácticas precisas, y por haber asumido a su debido tiempo, las decisiones que correspondían, y frente a las cuales, no obstante una condenación menos gravosa, no tenía espacio ninguna otra decisión.

Por tanto, en la teoría del caso: juega tu propia partida sustancial y probatoria, y juégala con tus propias fichas --mas no prestadas--, conforme a una estrategia definida, en donde cada paso táctico, cada apertura, juego medio y finales, incluidos los finales anticipados del proceso penal, en donde cada reacción y decisión en el escenario del ajedrez adversarial, previamente conocida y/o acordada con tu defendido, sean parte de una estrategia fáctica, probatoria, procesal y jurídica sustancial, claramente diseñada y ensamblada, pues en caso contrario, si ejerces el derecho de defensa sin objetivos a largo plazo, tus decisiones podrán correr el riesgo de convertirse en exclusivamente reactivas, y podrá ocurrir que te veas azarado o asfixiado y jugando al vaivén del juego de tu oponente acusatorio, mas no el tuyo, y termines perdiendo el rumbo acerca de las decisiones a adoptar.

germanpabongomez
El Portal de Shambhala
Bogotá abril de 2019





[1] Garry Kaparov, Cómo la vida imita al ajedrez, Editorial Debate, Madrid 2007, pp. 45, 47 y 48.





Comentarios

  1. << La Teoría del Caso,con sus componentes estructurales de : 1.-Lo fáctico 2.- Lo jurídico, y 3.-Lo Probatorio. Compararla con una Partida de Ajedrez (Estrategia),es un buen símil ! >>

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