Semana Santa en Popayán durante todo el año


La Semana Santa en Popayán, la nuestra, porque #TodosSomosPopayán, constituye atractivo turístico, cita con la espiritualidad, y cada año se transforma en espacio donde acompañados de la luz claro-oscura de velones, payaneses, turistas regionales, nacionales, extranjeros, nos convocamos en silencio duradero a lo largo del centro histórico, unos a encontrarse con la memoria, otros a curiosear, otros a revivir con devoción la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Cada año, dos o tres meses antes a la celebración de nuestra Semana Santa, ciudadanos y autoridades locales se empeñan en poner bonita la ciudad, y el lucimiento se concentra en blanqueamiento de fachadas de casonas, edificios públicos, en limpieza de plazoletas, parcheo, re-parcheo de huecos, calles alrededor del centro histórico y sectores aledaños, pero culminada la Semana Mayor y Semana Santa Chiquita, todo regresa al día día, al vaya y venga.

Cómo sería de útil, que la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, traducida en la resu-citación y resuci-atención no parcial sino integrada de la ciudad, se tradujera en voluntad institucional, y manifestara como realidad durante todas las semanas y meses del año.

La resurrección de Jesucristo como realidad y simbolismo, y la resurrección parcial de Popayán alrededor del Parque Caldas, centro histórico, calles aledañas, no puede continuar siendo voluntad institucional que se manifieste cada año de manera temporal en meses previos a la Semana Santa. 

Por el contrario, la Semana Santa resu-citadora de nuestra ciudad a través de planeación urbana, situacional, estratégica y por sobre todo prospectiva, para entregarla a ciudadanos vivos de ahora y del futuro que es ahora, corresponde pensarla y ejecutarla durante todo el año en las nueve comunas con sus respectivos barrios.

La resurrección del centro histórico, iglesias, museos, por donde desfilan procesiones solemnes que admiramos, respetamos y nos re-ligan, porque hacen parte de nuestra herencia y tradiciones, pareciera como si fueran los únicos referidos y referentes de la resurrección citadora al turismo nacional e internacional cada vez que se aproxima la Semana Santa, como si aquellos fueran los únicos lugares resu-citadores a embellecer de la ciudad. 

En efecto, se trata de acciones que ponen en evidencia un ego-centrismo individual y etno-centrismo alrededor de visiones religiosas geo-céntricas y geo- historicistas exclusivas y excluyentes como lo afirmó con acierto el poeta Jorge Muñoz Fernández, mediante las cuales se olvida durante los otros meses del año, que Popayán es mucho más que su centro histórico.

Nuestra Popayán, porque #TodosSomosPopayán, es más que su centro histórico, y éste no lo constituye de manera exclusiva el Parque Caldas y alrededores. 

El centro histórico lo constituyen en unidad, sectores y barrios: del centro, norte, sur, oriente y occidente, esto es, todos los barrios sin distingo de estrato social de las nueve (9) comunas que integran nuestra ciudad, que continúan en su lucha cotidiana por la supervivencia, por la vida, por el empleo, por el techo.

Es claro, que las procesiones de Semana Santa por tratarse de nuestras tradiciones más bellas tocan nuestros afectos sin medida y sentimientos de pertenencia a nuestra común-Unidad, pero éstas ocurren, durante una semana de abril (de un lunes a un viernes), mientras las otras procesiones:

La Procesión de la lucha por el salario digno, procesión de la lucha por el sustento, procesión de la lucha por el techo, la dignidad, al igual que la procesión del Señor de los azotes, Señor del prendimiento, Señor caído, y Cristo de la veracruz crucificado en su madero colmado de llagas, incluida su corona de espinas, ocurren durante los días y semanas, de todos meses, de todos los años...

Y, éstas son las otras procesiones donde los cargueros no desfilan ataviados de túnica azul, alpargatas y alcayatas, sino con sus morrales cargados de penurias, cuando salen a encontrarse cada madrugada con la lucha por la vida, en espera de la gran oportunidad de la vida. 

Las procesiones, las de todos los días "desfilan por dentro", no emergen de ninguna iglesia, no salen acompañadas de manera pomposa y  solemne por el párroco de turno, alcalde, gobernador,y secretarios de despacho, coros, policía, ejército, regidores, arzobispo alumbrantes, sahumadoras, ni por los moqueritos. 

Por el contrario, emergen en silencio duradero de hogares de muchos Payaneses, y a éstas procesiones no debemos mirar como espectadores desde balcones y despachos públicos para mantenerlas en su tradición milenaria, sino para atenderlas de inmediato, a mediano y largo plazo, para Construir Ciudad y Ciudadanía para Ciudadanos Vivos, y para que el Estado Constitucional, social y democrático de derecho en nuestra localidad sean realidad y no un mero formalismo ni simple propuesta académica.

Los centros históricos de ciudades, no son de manera exclusiva la Plaza mayor, ni las herencias arquitectónicas recordaciones de su fundación. Los centros históricos de pueblos y ciudades son sus gentes, pobladores, vecinos, lugareños, quienes en la cotidianidad de la provincia escriben historias locales y otorgan vida a los poblados en esa dialéctica de conjunción, integración e inclusión de identidades pluralistas, pluri-étnicas y pluri-culturales, las cuales interactúan, desde luego, con quienes se autodenominan los Tradicionales y No Tradicionales.

La Popayán feudal, mas no así la pre-moderna, cuya vitalidad y emociones giraban en lo pretérito única, exclusiva y excluyente alrededor del Parque Caldas y alrededores, de la Semana Santa, de iglesias, museos y café Alcázar de añoradas tertulias, podríamos decir que posee existencia relativa. 

Desde luego, con sentimientos indescriptibles de pertenencia de payaneses tenemos nuestra Semana Santa, nuestras iglesias y museos que hacen parte de nuestra identidad entendida como común-unidad espacial, cultural y espiritual, la cual nos re-liga y convocamos a integrarla para que sea apreciada con devoción seductora, fervor ciudadano, pero debemos aprehender que aquellos no son los únicos y exclusivos referentes de nuestra identidad payanesa. Hoy lo que predomina en nuestra ciudad, al igual que en todas las ciudades capitales es la Colombianización.

En esa mirada, nuestra convocatoria apunta a construir ciudad, construir ciudadanía para ciudadanos vivos del ahora, a construir sentimientos de pertenencia a nuestra ciudad del ahora, a construirnos y resu-citarnos hermanados en cadenas de afectos y propósitos comunes, a la cual apostamos, porque juntos y entre todos los podemos lograr. 

A nuestra Popayán, porque Todos Somos Popayán, corresponde realizarla en atractivo histórico, cultural y turístico religioso durante todo el año, apuntando a ofertas múltiples de realización de eventos,convenciones académicas regionales, nacionales e internacionales.

Por tanto, teniendo claridad en sentido que Popayán debe profundizar en su apuesta de ciudad universitaria, de cometido y atracción turística durante todo el año, constituye necesidad empresarial e institucional avanzar en políticas públicas y gestiones orientadas al mejoramiento de la infraestructura hotelera con paquetes que incluyan recorridos a sitios turísticos locales, regionales, a sectores indígenas, al macizo colombiano, convirtiendo en realidades vivas a las iglesias, museos, a indistintos lugares de recordación histórica y a la gastronomía local y regional, con aciertos que ofrezcan tours en los que nuestra ciudad no sea solo visitada sino una Ciudad contada en su historia.

La Semana Santa en Popayán es viable traducirla en voluntad institucional con el apoyo de las autoridades religiosas y la Junta Pro-Semana Santa para celebrarla en relativos durante los puentes festivos del año, apostándole a la construcción y desarrollo de un proceso de turismo cultural, religioso, ininterrumpido, como ocurre en Buga, en la ciudad milagro, en el Santuario de las Lajas en Ipiales, en el Santuario de Fátima o en el Santuario de Lourdes, como sucede en la Vieja España o en la Italia renacentista.

La voluntad institucional en la mirada de realizar a Popayán en destino y atractivo turístico ininterrumpido como acaece en Cartagena de Indias o en Villa de Leyva en Boyaca, entre otras, debe constituir prioridadad para pensar en ella y desarrollarla con el apoyo de la empresa privada, lo cual posibilitaría indistintos emprendimientos para la generación de empleo con miradas hacia el ejercicio de las denominadas empresas culturales.

Nuestra convocatoria apunta a construir sentimientos de pertenencia con nuestra Popayán del alma durante todo el año, y no sólo durante nuestra Semana Santa, que amamos.

germanpabongomez.
El Portal de Shambhala
Popayán, abril de 2016

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