Que el pos-conflicto en el Cauca, sea ahora

La vivencia del pos-conflicto, significa un estadio posterior a los conflictos de que se trate. En aquel, ocurren vivencias objetivas, subjetivas y de disposiciones anímicas entre los otrora conflictuantes, en las cuales transcurre una transición hacia la paz.

No obstante que la manifestación de conflictos verticales, horizontales, transversales, políticos, económicos e ideológicos, derivados de contradicciones indistintas, coexisten en toda sociedad  e inter-actúan en la democracia nacional, local y departamental:

Ahora, cuando se habla de pos-conflicto en el Cauca, es necesario convocarlo, sin exclusiones, con miras a la elección consensuada de candidatos a Alcaldías y la Gobernación, para que sea ejercitado por los diferentes partidos políticos y movimientos sociales, tanto los que conforman la Unidad Nacional al interior de la Gobernación, como los que se hallan en desacuerdos con Temístocles Ortega Narváez, nuestro Gobernador, y por fuera de esas alianzas.

Como proyecto regional, convocamos a coaliciones, convergencias, consensos, acuerdos programáticos, de todos los partidos políticos y movimientos sociales, sin exclusión, para asumir por adelantado el pos-conflicto. 

En política con miras a las elecciones de Gobernador del Cauca, la idea de conformar coaliciones y convergencias es usual. Además, son necesarias bajo la comprensión práctica que ningún partido por sí solo posee la suficiencia electoral de lograr elegir a su candidato, ni la suficiencia de gestiones a favor de nuestro Departamento en el plano nacional e internacional. 

Al respecto, consideramos que por respeto al libre derecho a elegir y ser elegido, ninguna alianza ciudadana con esa finalidad, es dable etiquetarla de perversa ni antidemócrática.

En efecto, la postulación y acogida mayoritaria alrededor del pre-candidato Oscar Campo, como la de Santiago Zambrano Simmonds, Felipe Muñoz Bolaños y Nelson Paz Amaya, y de otros pre-candidatos que surjan de iniciativas ciudadanas, corresponde asumirlas como ejercicios democráticos, a partir de los cuales no es conveniente ahondar en contradicciones en la mirada de multiplicar divergencias a través de micrófonos atizados.

Nuestro departamento, además de futuro Gobernador de los Caucanos, requiere de un Embajador de la paz y Embajador del pos-conflicto, y esas valías, de inmediato, deben comenzar como ejercicio de coaliciones, convergencias y ejercicios de entendimiento democrático y de pos-conflicto entre los diferentes partidos políticos y fuerzas sociales que construyen ciudadanía en nuestra territorialidad.

La democracia, dialéctica en el cual se combina la crítica y auto-crítica de cara a la enmienda, superación de errores, y registro de aciertos, en el designio de proseguir el sendero en la mirada de sus finalidades esenciales como son: el servicio público, interés general en ejecuciones de contratación estatal y beneficio a favor de indistintas comunidades necesitadas, debe constituir un espacio de placidez y disfrute, mas no escenarios para descalificar a opositores, actores políticos, cualquiera sea su militancia, ni para perpetuar refriegas en las tribunas que sólo contribuyen a ahondar la fragmentación.

La futura Gobernación del Cauca, entendida no como la elección más de un mandatario y Secretarios de despacho, sino pensada como producto del consenso, que abra espacios sociales polivalentes en los cuales tengan representación efectiva las cinco sub-regiones que conforman nuestra territorialidad, en el objetivo del diseño, planeación situacional, estratégica y prospectiva de construir caucanidad, es un cometido que requiere de más de cuatro años, pero como proceso, lo único que necesita para dinamizarlo es convocar a todos, sin exclusiones, para poner en marcha la viabilidad del rescate social y la inversión pública a favor de los sectores más abandonados por el Estado.

Un departamento del Cauca planificado, ordenado, prospectivo, así imaginado, contrapuesto al departamento laberinto; contrastado al departamento caótico, generador de conflictos, que ha servido de soporte a la fragmentación y, a la inspiración a teorías sociologizantes e innumerables diagnósticos, los cuales en su mayoría han quedado como propuestas académicas y electorales: 

Un departamento y Gobernación del Cauca, entendidos así como proyectos de unidad entre las indistintas fuerzas que reclaman democracia social en Popayán y las cinco sub-regiones en la mirada de construir una paz justa y duradera, es posible lograrlos con la participación de todos.

Como es de suyo, es imposible separar al departamento del Cauca de sus ciudadanos, de Popayán y las cinco sub-regiones. Sus puntos de encuentros, desencuentros, como hasta ahora ha ocurrido, no son más que evidencias y sentidos que los caucanos han voceado en inagotables relatos en los que la carestía de unidad departamental ha sido una constante.

No en vano, a nuestro departamento, algunos lo miran desde lo nacional como territorio de conflictos eternizados, los cuales han servido para diseñar proyectos de paz nacional, pero sin que la paz departamental la hayamos logrado, y no en vano escapa la mayoría de las veces a los proyectos racionales de una memoria departamental planificada, y ha escapado a ellos porque nuestro departamento se ha des-construido a partir de la proliferación de memorias des-articuladas.

Aun cuando mi voz sea solitaria, me permito convocar a todos los Caucanos, a todos los partidos políticos y movimientos sociales para que asumamos, de inmediato y por adelantado, el pos-conflicto, con el propósito de vigorizar la unidad y nuestra democracia caucana.

germanpabon@hotmail.com

El Portal de Shamballa.

Popayán, febrero de 2015.