Monólogos con Sacha
-Imagináte Sacha, esto casi nadie lo sabe!
-¡Guagoeee!
¡Guaugoeeeee! –contestó Sacha, achicando los ojos, rascándose las orejas de
manera repetida con la pata izquierda.
-El
marido de la bizcona que había sido guerrillero y negociador de secuestros.
Imagináte, tremendo cocodrilo reclamaba en dólaretes y en cachonas. Me atropellan los torcidos quembestía
y no le llenaban la panza. A lo mejor vendrá con el hígado hecho un coladero. El
marido de la bizcona repelaba pacuadrar los jueces que aceitaban. Pero a lo mejor aguanta un par
de quincenas. Poné orejonas. No podía visajiar a nadie disfrazado de funeral
porque se espantaba y salía comuna yegua sin amansar desbocada en pura verraca.
Con un leguleyón de apellido Londoño mas retorcido que un cigüeñal de hojalata montaban la
comilona de expedientes. A lo mejor vendrá comuna momia medio disecada y casi
trucha. Le soplaron gasolina a la carpa del circo. Y con los jueces que encerraban montaban el triple combo marinero de absoluciones. ¡Oíste Sacha! Le soplaron
gasolina cuando chicaniaban los trapecistas en la cuerda floja y se desbarrancaron
y volvieron mierda las costillas. Tuabuela nose la tragaba cuando aterrizaba
chapeta oliendo a guarapos y a pachulí desos baratones. Pobrecitos. A veces me
pongo cabezón. ¡Imagináte! que embestía con una biblia repartiendo salmos y
proverbios. Tuavía nome pasa la película de la cornada de caballo. Les echaba
proverbios a los marranos y engatusaba con las muecas porque pa eso si era un
artista. Pero con el estoque voliaba hasta las agujas. A esas horas se armó un
mierdero delputas cuando galopearon los carabineros repartiendo bolillo y las
viejas salieron a toda mierda y cacareaban como gallinas cluecas como cuando
llega la chucha toda hambriada al gallinero. Como cuando asoman en pareja a empezar
el banquete. Reíte tremendos sancochos de gallina mierdera y robada. Tuavía cabezoneo
cuando arrimó con los chiros en unas cajas de cartones amarradas con cabuyas. El
marido de la bizcona escupía evangelios y era pastor de un rebaño de ciegos. ¿Te
palpitás los de la volqueta, allá en Balboa en la curva de los buitres? ¿Cómo
gritarían? Se rascaba comuna canera en detención domiciliaria. Negociaban secuestros a domicilio.
Acordáte, Sacha, con una cucha de apellido Danieles. Y le agarró una tembladera
como si tuviera un tábano en el culo que se le trepó hasta las cejonas. Esa, esa cucha,
que encontraron paletona en un zanjón con dos plomazos en la zurrona. Esos
manes chupaban guarapo enfuertado y con gusanos como pasabocas. Acordáte,
Sacha, que los enchusparon como carbón toiticos chamuscados. Ponéle cuidao, mucha
chanda, citaba los marranos en el cambuche de la bizcona y les cobraba por la consulta. Esos manes chupaban
mariguanos de cincopisos y amanecían despatarraos en los putiaderos. Eso era miércoles
por la sorna cuando echaba carreta después de los proverbios. Pero era una revacana
con las caneras y les apoquinaba pa pagar las cauciones y les pasaba billetes. Los
sancochos eran de gallina mierdera y robada. Luego les arrancaba el billetón
como si nada con la promesa del cruzado pa envolatar los expedientes. No
respetaban corral ajeno y eso era los fines de semana cuando había puente largo.
Y entre salmo y proverbio les aventaba el viajado y le comían carreta de la
buena. El director del colegio le echó eseganso al Carlos Peña y llamaron en
pura verraca a mi tía Enriqueta pa cobrarle la carpa del circo. Muchos malparidos
les arrancaron las viscachas paque no visajiaran tanta mierda en el pueblo. Los
paletiaron en regadera chamuscaos porque hacían estorbo en la calles de
Argelia. Al alcalde y contratistas ¿si te acordás? ¿Esos, esos quesecharon al buche
el municipio y se lo tragaron entero? Tu abuela con la flamenca tocaba sevillanas,
voleaba padrenuestros y agua bendita en regadera. Les arrancaron volquetadas pataparles
la carroña pero no pudieron hacer ni mierda porque esos tamales con gordana y
costilla no los desarmarraba ni el putas. El Zapatico Salamanca sesodaba allá en
el lavapatas con esos muñecos de piedra. Tremendo desocupao se mantenía debajo
desa piedrota de dos cabezotas y tenía las ñatas encorvadas como las de un
guacamayo. A esos cocodrilos a todos los condenaron y los pusieron a devolver
hasta las guevas. Pero reíte que la bizcona nose atornilló a la chamba porque la
decapitaron un febrero antes de cumplir la faena y el marido como si nada
apareció emputado en la televisión cuando la degollaron esos manes del Consejo
de Estado. Menos mal quel cura Jeremías era párroco de sotana, ¿te imaginás
Sacha?, que lo hubieran jalado de arzobispo y con ese sacristán de matarife? Mucho
malparido sin hígados mequiso atrincherar en los torcidos pasalvar al alcalde y
contratistas. Semejante cocodrilo sin fondo. Puallá chamullaban quel alcalde ¡imaginate
el carroñero! ¡Aspiraba a la presidencia! Pero a los payasos los mandé pala mierda y
pualli en la biblioteca tuavía guardo las grabaciones.
-Guaooo!
¡Guaooooooooooooo! –contestó Sacha, y aullaba como una loba en una noche de
luna llorona, y por la lengua chorreaba espumarajos con la trompa, como
si estuviera sorprendida de lo que Antonio Santamaría le contaba.
Antonio Santamaría El Quijote
Subachoque, 8 de julio de 2011
El Portal de Sahamballa
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