En el día de mi cumpleaños

Después de leer el poema Otoño de mi amigo entrañable Jorge Muñoz Mateo Malahora, bien podría decir a mis amigos, a todos quienes me han escrito en mi muro en en este día de mi cumpleaños, que los abrazo, en un abrazo enorme, ustedes no se imaginan cuánto, pero cuánto los quiero:

Otoño es el tiempo en que el aprendiz de escritor desnuda la palabra. Saga de monólogos en el oficio mas solitario de tantas horas intentando ejercer como tejedor de palabritas.

Otoño es nostalgia vegetal, tapiz de frases que presagian el encuentro con la hoja en blanco, la próxima hoja en blanco que me espera para seguir escribiendo, para seguir viviendo, para no morir y para seguir muriendo a mi manera. 

Otoño fue en Madrid, Otoño fue en Bogotá, Otoño fue en San Agustín, allá en Sevilla. Otoño fueron aquellos años que recorrí por allá en tantos salones de clases y lugares que ya no recuerdo en mi exilio forzado y voluntario. 

Tantos años de exilio en donde la nada era ausencia de gaviotas, peces, flores y ese vuelo sin motor. 

Ahora, primavera es mi Popayán del alma. Primavera y verano y eterna primavera es mi amado claustro de Santo Domingo, mi Facultad de Derecho, la casa madre en donde nací y a donde dichoso he regresado para quedarme para siempre. 


Popayán es magia amarilla, inigualable estancia en donde el discípulo de Juan Salvador Gaviota, aquel caminante de tantos exilios recobró el alma que se había resistido a salir del salón Camilo Torres. 

Ahora, en este ahora, en el nuevo ahora, las gaviotas anuncian la brisa, el vuelo del invierto hasta diciembre...

German Pabón Gómez

Popayán 8 de mayo de 2014

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