Soledad sin medida
Todavía lo tengo presente, desde
esa noche, una noche fresca, sin luna, tranquila, cuando se marcharon quienes
vivían en el Portal de Yanaconas, cuando el maestro anduvo dando tumbos por los
potreros, cuando emprendió la huida sin detener los atajos, cuando se convirtió
en comensal y sólo comensal de las miradas de quienes
se marcharon y nunca regresaron, no durmió,
jamás,
en el colchón desnudo de la cama doble del matrimonio, no ingresó, para nada, a
la habitación que un cuarto de siglo atrás fue de Irene y también la suya, no retornó
con ningún pretexto a la sala, al comedor principal de la casona, ni a la habitación
del ginecólogo y la pediatra.
Allá
en el Portal de Yanaconas, parecía como si la neblina que descendía enroscada, desde
la cresta del volcán Puracé, se hubiera aposentado en los lares, en las esquinas,
y aflojaba la impresión como si todo se hubiera desvanecido en el extravío. En
las madrugadas cuando el maestro transitaba de largo, con su talegada de ensueños, hacia el óvalo de
cristales, hacia la orilla del río manso, hacia la enramada, hacia el taller,
hacia el fogón de leña, miraba de reojo los portones y ventanales, los cuales permanecían
entreabiertos, como si venteados esperaran el regreso de los otros, el regreso de
quienes se marcharon y nunca regresaron.
La errancia del maestro se descubría
encadenada a esos vacíos sin preguntas, en los cuales sospechando la respuesta,
no encontraba respuesta para ninguna pregunta. El maestro se había desprendido del
Portal de Yanaconas, de los alrededores de la casona de la hacienda; se había
desprendido de todo: hasta del taller de sueños que construyó en medio de un cercado de guaduales.
Aquellos lugares que eran foráneos y no eran suyos, sólo prestados, despojados
en lo extraño, eran los únicos peajes mudables de su errancia discontinua, y
esa carencia de apegos, poco a poco, lo convirtieron, como él repetía: “en el
único poseedor de su soledad aplastante, de su soledad sin medida”.
germanpabongomez
octubre de 2014
El Portal de Shamballa
germanpabongomez
octubre de 2014
El Portal de Shamballa
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